Queridísimos verdugos

Este que os traigo hoy cuentan que es uno de los documentales más conocidos de su director, Basilio Martín Patino, aunque yo no me topé con él hasta hará un par de semanas, en la programación de un canal local. Rodado de forma clandestina en 1973, gira entorno a la historia de la pena capital en España, siendo el eje central las entrevistas a los tres verdugos en activo de aquella época: Antonio López Sierra, Vicente López Copete y Bernardo Sánchez Bascuñana.

Pero, más allá de la historia en sí, más allá del tema central de la cinta, aquello que logra captar la atención con mayor fuerza, y pienso que esta fuerza habrá ido aumentando con el paso de los años, es la descripción de la época: la miseria moral y material que lo envuelve todo. Desde aquello que llevó a los tres protagonistas a acabar ejerciendo como "ejecutores de sentencias", por si alguien pensaba que la corrección política es un invento nuevo, hasta la marginación social en la que vivían las familias de muchos de los ajusticiados, en no pocos casos auténticas víctimas del sistema y el choque entre esta realidad y la de los profesionales de la justicia y la medicina, a veces completamente de espaldas a los hechos, otras en estado de absoluta perplejidad ante lo vivido. 

Perplejidad también la que se siente en muchos pasajes del documental, momentos difíciles de clasificar, de esperpento, humor negro o incluso extrañamiento. Por momentos de alivio por que aquella época quedara atrás y de desasosiego por que, a fin de cuentas, no son tantos los años transcurridos. Una obra que no sé por qué no es más conocida y eso que, afortunadamente, se puede ver hasta en youtube. Os la dejo aquí, para quien desee conocerla.

2 comentarios:

  1. Lo vi hace bastantes años, cuando se pudo estrenar a finales de los setenta. Y aún recuerdo el jaleo y los "palos" que hubo por aquí cuando ejecutaron a Puig Antic y Heinz Chez.

    Las imágenes de las cargas en Madrid hace unos días, me recordaron demasiado a aquellos días grises del final de franquismo, cuando aquél asesino moribundo, decidió no marcharse solo.

    No debemos olvidar el pasado, porque si no, acabaremos repitiéndolo.

    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que deja una sensación rara en el cuerpo pero necesaria: también pienso que es necesario mirar atrás aunque duela, siempre es mejor recordarlo que revivirlo.

      Besos Rodericus

      Eliminar