-¿Qué? -le dijo Ralph, junto a él.
-Allá, en Illinois, hemos olvidado de qué se trata. Quiero decir los muertos, allá en nuestro pueblo, esta noche, diantre, nadie piensa en ellos. Eso sí que puede llamarse soledad.
Eso es verdaderamente triste. Mientras que aquí, bueno... Es alegre y triste al mismo tiempo. Aquí en la plaza todo son petardos y esqueletos de juguete, y allá arriba en el cementerio todos los mexicanos muertos reciben las visitas de los parientes, y flores y velas y cantos y dulces. Quiero decir que es casi como el Día de Gracias, ¿no? Y todos se sientan a comer, pero sólo la mitad puede comer, pero eso no tiene importancia, están allí. Es como tomarse de las manos en una sesión de espiritismo, sólo que algunos de los amigos ya no están. Oh, diantre, Ralph.
-Sí, sí -dijo Ralph, asintiendo detrás de su máscara -. Diantre.