Mi infancia me persigue...

... y a veces hasta me atrapa.

La culpa de todo la tiene una formación de dos semanas. Sí, bueno, hasta ahí todo normal, no es que asistir a clase me haga sentir como de vuelta al cole. No, no es eso. Pero sí lo fue reencontrarme con cierta enemiga íntima:
Exacto. La peor pesadilla de un zurdo: una silla de pala. Yo creo que en origen debió de ser un instrumento de tortura medieval reconvertido en mobiliario de oficina. :p Incluso llegué a creer, ingenua de mí, que ya no se fabricaban en esta época de ergonomía y prevención de riesgos.

Pues bien, el trágico reencuentro fue motivo para, además de hacer protestar a todas mis vértebras, traer de vuelta toda una serie de recuerdos que forman parte de la memoria colectiva de los zurdos:
  • los humanos adultos son los únicos que se extrañan, sorprenden o comentan la jugada ante la visión de un niño zurdo, a ser posible delante de él. El resto de seres vivos de este planeta (incluídos otros niños) se sabe comportar si no es algo que le afecte directamente.
  • el primer mal recuerdo: las tijeras. Aprender a realizar una tarea que requiere cierta fuerza y cierta precisión con la mano contraria lleva su tiempo. Más si es la primera vez que alguien se ve obligado (después, a todo se hace uno). 
  • el primer buen recuerdo: el día en que se es más diestro que los propios diestros en realizar algo. Seamos sinceros: en el patio del colegio, el factor sorpresa vale su peso en oro. ;)
  • girar y moverse entre la multitud: sí, ahí siempre chocamos con alguien.
  • las manchas de tinta en los dedos: esas compañeras inseparables.
  • los abrelatas: el inventor del abrefácil seguro que fue un zurdo. :p
  • la informática: nunca fue un problema, llega algo más tarde así que enseguida nos acostumbramos. Eso sí, yo utilizo el ratón a la izquierda cuando estoy en casa.
  • y, por último, la abominable silla de pala. Dicen que también se fabrican para zurdos. Bueno, también hay gente por ahí que dice que ha visto al yeti. Yo jamás vi ninguna. :(
En fin, todo recuerdos pero no solo recuerdos, también son parte del presente. Con lo poco que costaría cambiar algunas situaciones. Lo bueno de ser zurdo es saber que siempre hay una forma mejor de hacer las cosas. Lo peor, convencer a la mayoría diestra para que sea menos torpe. ;)

De compras (porque los zurdos también tenemos derecho a descansar): Anything left-handed, Mano zurda.

13 comentarios:

  1. No le das demasiada importancia al asunto?
    Creo que cada uno es como es en la diversidad y,por tanto,así debemos de quererlo.

    Claro,que con la silla de pala la cosa cabrea.

    Un beso zurdo

    ResponderEliminar
  2. Es dificil vivir en un mundo que está al revés.

    ResponderEliminar
  3. @Felipe, no es que reniegue de ser zurda ni nada por el estilo, es que la infancia de los zurdos es así. :) Se dan situaciones curiosas, malentendidos, "lucha" entre las herramientas y tú (XD), etc. Y todo desde la perspectiva de un niño. Es un proceso de adaptación que se da en los primeros años. No tiene mayor importancia en el sentido de que no tiene mayores consecuencias la inmensa mayoría de las veces, es cierto. Simplemente es.

    Pero también tiene sus excepciones: las sillas de pala y los mitos e ideas extrañas que siguen manteniendo algunas personas. Y acaban dando por pensar, por un lado, en lo que cuesta cambiar algunas inercias (incluso cuando la solución es sencilla) y, por el lado contrario, que si esto es así con algo tan simple y frecuente, qué no es cuando se trata de algo complicado. Da por pensar en hasta qué punto vivimos de espaldas al otro.

    Bueno, pensándolo bien, quizás sí que a veces me embrollo demasiado. XD

    Beso. ;)

    Besos.

    ResponderEliminar
  4. @Pilar, me da a mí que nadie nace ajustado al mundo. Yo todavía busco mi punto óptimo de firmeza y flexibilidad, me llevará toda una vida.

    Besos.

    ResponderEliminar
  5. Hola querida olvido, perdona que venga poco, desearía venir más, pero se me dificulta. Sin embargo, no deja de existrir el cariño bloggero que nos une, corazón. Y bueno, este mundo nunca se ajusta a nosotros...hay tanas cosas en las que no se ajusta. No puedo decir que te comprendo, pues no soy zurda, pero me encantaría serlo para comprender a todos los zurdos mejor. Nada que te dejo un abrazo inmenso,

    Andri

    ResponderEliminar
  6. No soy zurdo. Ni por fortuna, ni por desgracia.
    No se por qué, pero cuando era chico, en la escuela primaria, tenía cierto prejuicio sobre las personas zurdas. Prejuicios buenos de hecho. Todas las personas zurdas que conocí durante ese tiempo eran intelectuales, amigables, simpáticas, virtuosas, y yo pensaba "Yo también quiero ser zurdo" y me esforzaba tratando de escribir y dibujar con mi mano izquierda. Ahora, que ya pasé los 20 años, suena como una locura, pero en ese momento admiraba a todo zurdo que conocía, son esas visiones de niño que uno tiene y que luego pierde.
    Naturalmente sigo siendo zurdo. Pero no puedo negar que todavía queda algo de eso que sentía cuando era niño. Sí, ya se que no tiene sentido, pero veo a las personas zurdas de forma diferente, para bien, por supuesto.

    ResponderEliminar
  7. Perdón, estaba medio dormido cuando escribí el comentario anterior. En lugar de escribir: "Naturalmente no soy zurdo", escribí "Naturalmente sigo siendo zurdo". jajaja.
    Un desliz de medianoche.
    Saludos, Olvido.

    ResponderEliminar
  8. @Andri rebienvenida, a tu ritmo por favor. :) Demasiadas cosas pasan a nuestro alrededor como para ser conscientes de todas, pero siempre he pensado que ciertos detalles en nuestras vidas, por absurdos que sean (de hecho, muchas veces lo son), tienen el efecto de hacernos mirar a nuestro alrededor con otros ojos.

    Besos.

    ResponderEliminar
  9. @Hidrargirista, muy buena la anécdota. XD

    En cierto sentido, no sé si es por la carga de mitos que arrastramos a lo largo de la historia, a la que rascas un poco, todavía se hace sentir ese peso de especie de seres mitológicos. Creo que rivalizamos en el podio junto a pelirrojos detrás de los albinos, que sin duda tienen una carga mayor y se llevan la peor parte. Vista desde dentro, a veces es un poco inquietante, como una sensación de vértigo. Es como si el mundo antiguo, con su sentido mágico e irracional de la vida, siguiera ahí, todavía presente, a la vuelta de cualquier esquina.

    Besos.

    PD: esos deslices.... XD ¿No será un grito de libertad de tu hemisferio derecho? ;)

    ResponderEliminar
  10. Pues no habia recapacitado, pero si la silla de pala no es lo que necita una persona zurda, ya deberian existir unas mas comodas. He pido que hace años se obligaba a los zurdos a usar la derecha, lo cual repercute en los hemisferios cerebrales. Tambien he oido que cuando se trata de gemelos uno es derecho y el otro izquierdo. Un gran abrazo, mi querida amiga

    ResponderEliminar
  11. @SOLO DE INTERES, pues sí, antes era así. Supongo que el que todavía se sigan utilizando sillas como estas se debe a que cualquier cambio es lento. Cuando yo era pequeña no tenía ni idea de que existieran herramientas pensadas para zurdos y ahora, aunque pocas, se ven algunas tiendas que sí las venden.

    Sobre por qué somos diestros o zurdos todavía queda mucho por averiguar.

    Besos.

    ResponderEliminar
  12. jajaja
    A mi estos retornos sin pensar al pasado me hacen encontrarme con cosas muy raras...
    Por cierto soy Perfida
    Un saludo coleguita

    ResponderEliminar
  13. @La Perfida Canalla, es que pillan a traición, a veces no sabe una ni qué cara poner. Pero están ahí, ahí... XD

    Un placer. Bienvenida al blog, ponte cómoda. :)

    Saludos.

    ResponderEliminar