Hoy es 12 de Junio, Loving Day. No es una celebración muy conocida porque, de hecho, se celebra apenas desde el 2004 pero, sin embargo, recuerda un acontecimiento que ocurrió allá por el año 1967... La historia queda resumida en este artículo:
21-Noviembre-2007Efrén Rivera RamosDecano de Derecho UPR
Eran jóvenes. Querían casarse. Pero el estado de Virginia, del que eran oriundos, no se lo permitía, pues, a la altura de 1958, prohibía los matrimonios interraciales. O más precisamente, entre las personas blancas y las de otra raza.
La prohibición adoptada por Virginia databa de la época de la colonia. El título y propósito de su versión más reciente, la Ley de Integridad Racial de 1924, la hermanaban con legislaciones similares promulgadas luego en la Alemania nazi y en África del Sur durante el régimen del Apartheid.
Había una excepción notable en la ley de Virginia: las personas blancas podían casarse con otras que tuvieran menos de una decimosexta parte de sangre indígena. Según los anales oficiales, la excepción respondía nada menos que al deseo de "reconocer como una parte integral y honorable de la raza blanca a los descendientes de John Rolfe y Pocahontas". Después de todo, algunas familias prominentes del estado reclamaban línea directa con el legendario colono.
Mildred Dolores Jeter no podía aducir abolengo tal. Pues, además de tener ascendencia indígena, también era negra. Como su novio, Richard Perry Loving, era blanco, su matrimonio quedaba proscrito por la ley.
Mildred y Richard no se amilanaron. Fueron a casarse en Washington, D.C., donde la ley era más acogedora. Al tiempo regresaron a su pueblo natal. Pero, ay, las celosas autoridades estatales tampoco se apocaron. Una noche, mientras el matrimonio Loving dormía, los alguaciles irrumpieron en su dormitorio, los arrestaron y los encarcelaron. Habían violado, se alegaba, otra disposición de la ley de marras que prohibía a las parejas interraciales casarse en otro estado y volver a convivir a Virginia.
Los jóvenes amantes fueron condenados a un año de cárcel. Dijo el juez:
"Dios Todopoderoso creó las razas blanca, negra, amarilla, malaya y roja, y las colocó en continentes separados. Y si no fuera por la interferencia con su ordenamiento no habría causa para tales matrimonios. El hecho de que Él haya separado las razas demuestra que no tuvo la intención de que se mezclaran".
El devoto juez ofreció a los condenados suspenderles la sentencia a cambio de que se exiliaran de Virginia durante veinticinco años. Si querían evitar la cárcel, debían abandonar su lugar de nacimiento. Su familia. Sus trabajos. Sus afectos. La pareja se allanó. Pero sólo por el momento. Pues su amor era obstinado.
Consiguieron un abogado. De esos de la American Civil Liberties Union. Sin cobrarles un centavo, el letrado logró que el caso llegara al Tribunal Supremo de los Estados Unidos. El 12 de junio de 1967, hace sólo cuarenta años, el Tribunal resolvió unánimemente que la ley de Virginia en cuestión violaba la Constitución de los Estados Unidos pues discriminaba por motivos raciales. Terminaba así la proscripción legal del matrimonio interracial en los Estados Unidos, entonces vigente en otros quince estados. El caso se ha alojado en los textos de Derecho Constitucional con el epígrafe emblemático de Loving v. Virginia.
Hace unos meses, al celebrar el cuadragésimo aniversario de la histórica decisión, Mildred Dolores expresó:
"Creo que todos... no importa su raza, no importa su sexo, no importa su orientación sexual, deben tener la misma libertad de casarse... [E]stoy orgullosa de que mi nombre y el de Richard aparezcan en una decisión judicial que puede fortalecer el amor, el compromiso, la justicia y la familia que tanta gente, negra o blanca, joven o vieja, homosexual o heterosexual, procura en su vida. Apoyo la libertad de todos para casarse. De eso y nada más que de eso tratan (el caso) Loving, y el amor".
Los esposos Loving derrotaron, entonces, un matrimonio verdaderamente pernicioso: aquel constituido por el prejuicio, incluidos el racial y el religioso, y el poder coercitivo del Estado. El pronunciamiento de Mildred proclama que todavía quedan instancias de esa peligrosa unión que deben conjurarse.
Como explican en la propia web www.LovingDay.org, el objetivo de la celebración es luchar contra los prejuicios raciales a través de la educación y construir una comunidad multicultural. Ken Tanabe, su creador, quedó muy sorprendido no sólo al descubrir accidentalmente la historia del matrimonio Loving, sino al darse cuenta de que estos hechos eran completamente desconocidos entre las personas de su edad. En junio del 2004 creó la web, con el objetivo de proporcionar una oportunidad anual para aprender estas lecciones de historia mientras se promueve la tolerancia, la concienciación y la comprensión. Yo tampoco conocía la historia de los Loving ni del Loving Day y, sin embargo, me parece una magnífica iniciativa que, por lo que parece, se les está haciendo mayor. ¿Qué tal si lo celebramos? ;)
Olvido...
ResponderEliminarUna gran entrada querida amiga. Desconocía el día (y por supuesto su orígen) pero sin duda, más que haber ganado una "batalla" judicial, se demostró que las leyes estaban y siguen estando en muchos casos obsoletas. No se puede poner fronteras al amor. No se puede discrimitar a NADIE por su color, raza, credo y religión. Ojalá todo esto sea una realidad en todo el mundo algún día...
Un abrazo
Bienvenido de nuevo Felix. ;)
ResponderEliminarMuchos gracias, amigo. Me quedé muy sorprendida tanto por la historia como por la iniciativa: me encantó, una historia real que, por una vez, acabó bien e hizo de este mundo un lugar un poquito mejor y una iniciativa que recoge el testigo para continuar haciendo camino. Me uno a tu deseo Felix, ojalá algún día sea posible vivir en un mundo sin discriminaciones de ningún tipo. ;)
Besos.
Hola Olvido,
ResponderEliminarexcelente trabajo, muy esclarecedor,
saludos,
r.
Muchas gracias, Rafa. Me alegro de que te guste. :)
ResponderEliminarBesos.
Querida Olvido, una entrada preciosa y que además, a manera personal, me enseña algo nuevo. No conocía esta celebración y bueno, el motivo es de lo más poderoso. Merece mucho la pena darlo a conocer y especialmente seguir luchando por quitar esos prejuicios de la sociedad.
ResponderEliminarUn beso y gracias por la información
Muchas gracias, Tani. :) Realmente, iniciativas e historias como estas son las que verdaderamente habría que dar a conocer con especial dedicación. Demasiado a menudo nos quedamos sólo con lo negativo y, aunque hay que tenerlo presente, porque no se puede dar la espalda a los problemas, tampoco es una excusa para estancarse. Historias así nos lo demuestran.
ResponderEliminarBesos.