Machismo, videojuegos y los nuevos viejos trolls de internet


Irene "Eleyon" Martini
Durante este mes de septiembre saltó a los medios la noticia de lo que a simple vista parecía la enésima discusión sobre videojuegos y su contenido violento. En esta ocasión el llamado Gamergate se inició, por un lado, a raíz de los vídeos de la bloguera canadiense Anita Sarkeesian quien, desde su canal en youtube Feminist Frequency, analizaba en una serie (Tropes vs Women in Video Games) el contenido machista de varios títulos haciendo hincapié en lo poco que ha evolucionado la propia industria en algunos temas y, por otro, con la publicación de ciertas acusaciones personales hacia la desarrolladora de videojuegos Zoe Quinn por parte de su ex pareja sentimental. Todo esto, además, al parecer aliñado con lo que algunos dicen haber percibido como un ataque contra la identidad gamer.

Lejos de quedar en simple anécdota, la respuesta a los vídeos de Anita fue, por ejemplo, derivando desde la normal discusión a un ataque troll que terminó provocando que ella misma hubiera de dejar su domicilio ante las amenazas e, incluso, a que alguno de sus vídeos fuera temporalmente retirado de youtube al ser masivamente denunciado como de contenido inapropiado por los mismos trolls amenazantes. Poco después, y una vez youtube pudo comprobar que las denuncias de los votantes eran falsas, los videos pudieron volver a ser visionados al completo desde la plataforma.

De los distintos artículos interesantes que se pueden consultar en internet sobre el Gamergate se puede sacar en claro que una minoría de usuarios se sigue comportando de manera demencial y que, paradójicamente, se sienten como parte de un grupo elitista que es atacado sin compasión y desde fuera (donde quiera que eso sea). Desde la teoría del grupo mínimo, pasando por los reductos de machismo enquistado en algunas temáticas, me ha llamado la atención también cómo estos ataques se ven fortalecidos por lo que se puede considerar ya la subcultura troll de internet y su evolución. Desde los inicios en que creo que la mayoría asistíamos incrédulos cómo alguien amparado en el anonimato y con mucho tiempo libre se dedicaba a generar mal ambiente y destruir discusiones en foros online con sus intervenciones hasta su salto al mundo blog y de las redes sociales. En estas últimas es donde hemos visto cómo atravesaban la línea entre lo anecdóticamente molesto y lo delictivo, ciber-bullying y amenazas, así como nacía una consecuencia que veo también muy llamativa: cómo algunos (y algunos muy jóvenes) ven normal que ciertas cosas en la red no se puedan hacer o decir porque generan precisamente este tipo de respuesta; como si la libertad de expresión, que no de insulto y amenaza por lo que parece, fuera un tema vedado y deba ser perseguida.

Así pues, tirando del hilo de lo que se podría pensar casi anecdótico, van surgiendo tics de comportamiento en internet cada vez más preocupantes. ¿Cómo convencer de una vez de que no existe mundo virtual y mundo real, que solo hay una sola vida con diferentes facetas? ¿Cómo explicar que todos deberíamos poder comunicarnos sin miedo con indiferencia del medio, que ciertas actitudes están muy lejos de ser normales? Aunque es cierto que afortunadamente el tema de los delitos en las redes sociales es cada vez más conocido y denunciado, temas tan sensibles como la comunicación y el día a día parecen todavía excesivamente en el aire y en tierra de nadie, basculando entre el exceso de control y el sálvese quien pueda.

Fuentes:

Ellas también juegan, o por qué el machismo gamer no tiene ningún sentido

Anita Sarkeesian vuelve a denunciar el machismo en los videojuegos

Amenazan de muerte a Anita Sarkeesian, responsable de Feminist Frequency - PC

Más de 1300 desarrolladores condenan el machismo y odio entre la comunidad de jugadores

4 comentarios:

  1. No existe mundo virtual y mundo real, solo hay una sola vida con diferentes facetas.
    Estoy totalmente de acuerdo, pero reconozco que la pantallacrea un efecto distorsionador que la presencia física no sabe replicar, y curiosamente no solo es malo, en ocasiones solo la salvaguarda de un teclado y un avatar permite a las personas ser como realmente son, sin miedos.
    Ojo que hablo de personas no de trolls que son igual de feos en la vida "real"

    Un saludo


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    1. Te doy la razón en eso Pilar: parte de la magia del medio es el de derribar barreras y eliminar lastres para la expresión y la comunicación de las personas. Quizás sea por eso más doloroso ser testigo en ocasiones de esa pérdida y cómo puede llegar incluso a traspasarlo. El cuidarlo a veces también entraña riesgos, por lo que le veo un futuro movido (y nosotros con él).

      Besos.

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    2. Es la falsa sensación de anonimato que crea la red en algunos. Algunos que se comportan exactamente igual en las calles cuando creen que nadie les vé o les puede identificar.

      Vamos, que un borde es un borde en internet o en la calle.

      Un beso.

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    3. Rebienvenido Rodericus :)

      Realmente, la naturaleza de cada uno es la que es y, aun así, nunca dejan de sorprenderme los extremos a los que pueden llegar algunos cuando pierden el mundo de vista.

      Besos.

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