-Minino de Cheshire -empezó Alicia tímidamente, pues no estaba del todo segura de si le gustaría este tratamiento: pero el Gato no hizo más que ensanchar su sonrisa, por lo que Alicia decidió que sí le gustaba -. Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
-Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar -dijo el Gato.
-No me importa mucho el sitio... -dijo Alicia.
-Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes -dijo el Gato.
-... siempre que llegue a alguna parte -añadió Alicia como explicación.
-¡Oh, siempre llegarás a alguna parte -aseguró el Gato -, si caminas lo suficiente!
Tras pasar una temporada larga retenida por los hombres grises, he decidido hacerle caso al Gato. Voy a aprovechar que es invierno (o casi) para volver a la tranquilidad y poder utilizar algo mejor el tiempo. Escapar de la red y volver al mundo real (eso incluye el mundo blog). Quizás, solo quizás, más adelante alguna idea germine y me dé cuenta de que estoy llegando a alguna parte.
En tu mente has caminado mucho, se nota en tus palabras, Olvido.
ResponderEliminarTal vez, en este caso, sea al revés, no importa al lugar que llegues sino el camino que estás forjando. Y te lo digo yo, el loco de la galera.
Un abrazo grande.
Sin duda, estás llegando a algún sitio, y en compañía.
ResponderEliminarUn saludo
@Hidrargirista, después del consejo del Gato, el siguiente había de ser el tuyo. ;)
ResponderEliminarLa verdad es que sí, una parte del camino, la del principio, ya la he andado. Pero es lo que tienen todos los caminos, que siempre tienen curvas, cambios de rasante y recovecos. Momentos en que no vemos hacia dónde vamos. Por ahí andamos ahora. Tendré que hacerte caso y volver a aprender a admirar el paisaje.
Besos.
@Pilar, te aseguro que la compañía que estoy encontrando en este viaje es lo mejor que pudo pasar.
ResponderEliminarBesos.