La torre vigía, de Ana María Matute

Seguramente mucha gente no conozca este novela, ya que cuando se habla de la Trilogía Medieval de Ana Mª Matute, la mayoría de las veces se hace referencia a Olvidado Rey Gudú y muy pocas se habla de las novelas La torre vigía y Aranmanoth -o se hace sólo de pasada-. Sobre Gudú, quizás la opinión mayoritaria sea que es un libro extraño, uno de esos libros que marcan cuando se leen: o gusta mucho o no gusta nada, grande en todos los sentidos de la palabra. Y, sin embargo, cuando se trata de esta Trilogía Medieval, yo siempre estoy más dispuesta a recomendar que se empiece por La torre vigía o Aranmanoth que por Gudú. Sobre todo, por La torre vigía. ;) Por muchos motivos, pero sobre todo porque, a pesar de ser una historia corta, o quizás precisamente en parte por eso, supone una buena introducción a los temas tratados por la autora, al lenguaje y a la atmósfera fantástica que se pueden encontrar en estos tres libros. Por lo que me he encontrado, me he llevado siempre la impresión de que Gudú puede abrumar a muchos con su forma de contar historias y su extensión si no se ha tomado un primer contacto con esta particular región del país de Fantasía, y es una pena. Su título y fama atrae al curioso, pero siempre es mejor empezar por cualquiera de los otros dos, probar un pequeño bocado -que no menor- y decidir si nos gusta o no. Y vaya si puede llegar a gustar. 

Leer La torre vigía fue descubrir toda una nueva forma de narrar una historia y de sumergirse en la fantasía, algo que sólo ocurre al acercarnos a uno de los grandes y ver que, por alguna razón, también participamos en parte de cierta visión del mundo. La historia se puede resumir como los primeros años de un joven y de su preparación como caballero; se puede hablar de una infancia semisalvaje en casa de su padre, donde predomina la violencia, y su posterior formación ya como adolescente en el castillo del barón Mohl, donde vuelve a reencontrarse con la inquietante presencia de sus tres hermanos mayores. También se puede hablar de los caracteres opuestos y contradictorios del barón y la baronesa -la ogresa-, en realidad una forma más de querer elevarse sobre la barbarie, y de la presencia contínua de la Estepa. Muchos personajes -también los barones- parecen querer ver en el protagonista la esperanza de algo o le atraen hacia ellos mismos para huir de sus miedos y debilidades, a pesar de su apariencia brusca. Hacia el final, comienza su verdadera formación como vigía de la torre, momento en que todo se precipita y donde nada será lo que parecía a simple vista en un principio. En resumen, un viaje que vale la pena realizar, un viaje en el que conocer a personajes como Mohl, la ogresa, Krim, el vigía o el propio protagonista, de quien nunca llegamos a conocer el nombre...

Dejo aquí un fragmento:

Tras contarme estas cosas, el muchacho vigía parecía muy fatigado.
-He sido mendigo salteador, guerrero a sueldo... -decía-. Y también aprendiz de alquimista. Pero, aunque entonces no lo supiera, la verdad es que siempre estuve aquí.
Señaló las almenas, que en aquel momento se encendían.
-Alcancé este lugar, y nada ni nadie me obligará a descender de él. Sólo espero a aquel capaz de reemplazarme, y continuarme... Porque, para mi mal, llegué a esta torre cuando estaba muy fatigado, herido y manchado por la tierra. Mi fuego se ha diezmado en incontables cenizas, y no soy capaz de sobrevivirme.
-Nadie puede sobrevivirse -murmuré, ganado por su desaliento.
Él movió la cabeza, con aquel gesto que nunca supe si era negación o renuncia:
-Aquel alquimista a quien serví no buscaba, en verdad, la fórmula del oro, sino la continuidad de la vida. Algo que permita al hombre reemplazarse a sí mismo, y conseguir su verdadero ser. Aquel viejo decía a menudo que quien alcance esto (si llegaba algún día a existir) no vivirá apartado de los otros hombres, ni amurallado, ni oculto. Sino que, por el contrario, se prodigará como la lluvia. Pero, joven caballero, no escuches estas necias memorias, pues mi viejo alquimista no dio con el secreto, ni obtuvo esa fórmula. Aunque, a menudo, creyó rozarla con los dedos...
Una indignación pueril, por injusta, me exaltó:
-¿Cómo sabes que no lo consiguió, estúpido mendigo...?
-Yo no sé nada... -volvió a decir, replegándose, como un tímido caracol-. Sólo te cuento lo que estos ojos vieron.

Y un enlace. ;)

6 comentarios:

  1. Excelente recomendación. Olvidado Rey Gudú me atrapó desde la primera página y en dos días lo leí. Aranmanoth es un cuento hermoso que he releído varias veces.
    Un abrazo enorme

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  2. ¡Muchas gracias, laMar! :)

    La verdad es que sí, son grandes historias de una grandísima autora. Si te gustaron Olvidado Rey Gudú y Aranmanoth, La torre vigía seguró que también te encantará. ;)

    Besos.

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  3. Gracias por compartir. En efecto yo soy de las que no conoce esta novela, pero con la presentación y fragmento que nos dejas quedo invitada a leerla.
    Un beso enorme

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  4. ¡Hola Tani!

    Realmente es uno de esos libros a los que vale la pena acercarse. Feliz lectura. ;)

    Besos.

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  5. será leido,

    saludos,

    r.

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  6. Hola Rafa,

    ya me contarás entonces qué te pareció. ;)

    Besos.

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